La Familia Que Vende Churros y Messi Les Cambió La Vida Para Siempre

10/30/2023

En menos de cuatro meses, la vida de Sofía y Federico cambió radicalmente. La pareja santafesina comenzó su negocio de venta de churros hace nueve años. Desde que abrieron su local en la ciudad de Funes, la cercanía con el barrio privado donde Lionel Messi pasa sus días cada vez que viene a la Argentina, los llevó a soñar con regalarle varias docenas para disfrutar en familia.

Un camino de intentos

"Estábamos en pleno proceso de cambio de cañerías, que el dueño anterior iba a reconocer como parte del acuerdo, pero quienes se hicieron cargo después no aceptaron los mismos términos, así que nos fuimos, y estuvimos casi medio año buscando un lugar", cuentan. Encontraron una casa con un almacén donde pudieron montar la fábrica, el local, y allí se instalaron, hasta que llegó la petición de tres docenas y media de la familia Messi. El pedido llegó por WhatsApp, y Sofía fue quien leyó el mensaje: 24 unidades de dulce de leche, 12 de crema pastelera y seis de Nutella, con entrega a domicilio.

"Tenemos el mismo veterinario con la mamá de Antonela Roccuzzo, y él nos hizo el nexo para enviarle nuestros churros desde hace 6 años, pero sólo sabíamos que era un sector del país, y que podíamos llevárselos cuando venían a Rosario, sin esperar nada a cambio", explican. Cada vez que se enteraban de la llegada de Messi, les enviaban de regalo una docena rellena con pastelera, otra simple, otra con dulce de leche, otra simple, otra con pastelitos, otra con torta fritas y una más con tequeños. "Sabíamos que iba mucha gente, que eran muchos hermanos y primos, así que los mandamos a todos, casi como para un evento", confiesan.

Fue a la dirección exacta, llamó a la puerta y Antonela salió a recibir los churros. "Juampi se puso a llorar, le preguntó si le podía dar un abrazo, ella le dijo que sí, vio pasar a Messi por detrás, le saludó desde lejos, y Mateo también le dio un abrazo porque le vio llorar", cuenta Sofía. El niño volvió a la churrería emocionadísimo, y la pareja respondió al chat de WhatsApp con un sentido agradecimiento. "No podemos parar de llorar de la emoción desde que volvió el cadete, saber que estás disfrutando de nuestro producto, muchas gracias por confiar en nosotros; siempre que quieras disfrutarlos estarán disponibles y esperándote. Muchas gracias, nos cambiaste el día, el año, la vida", escribieron, y como si todo lo sucedido no fuera suficiente, respondieron: "Estaban deliciosos".

El día que lo cambió todo

Una semana después, Jorge Messi pasó por la tienda con sus nietos, Thiago, Mateo y Ciro, para comprar otra ración de churros. "No podemos explicar lo felices que nos hace saber que les gustaron, y no deja de sorprendernos la cantidad de gente que viene todos los días, y no sólo a comprar, sino que también traen propuestas para hacer inversiones", aseguran. La demanda creció tanto que en cuestión de cuatro meses abrieron una segunda tienda, se mudaron de su casa y la convirtieron en almacén, y pasaron de tener un equipo de trabajo de siete personas a un total de 25.

"El crecimiento del negocio ha sido tremendo, recibimos colas de gente que quiere montar una franquicia, nos ofrecen constantemente vender nuestros productos en sus locales y nos pasan locuras: hasta nos ofrecieron vender nuestros churros en Islandia", cuenta Sofía, entre incrédula y asombrada. La infraestructura también fue creciendo: alquilaron dos food trucks para eventos, y en el segundo local agregaron una cafetería para que los clientes puedan disfrutar de una merienda completa, no sólo con los famosos churros, sino también con un sector de pastelería y panadería.


Source: https://www.infobae.com/socied...